‘El arbitraje es lo más rápido y gratuito, por la vía legal tendría costes’

Cuando su hijo era tan sólo un recién nacido le abrió una cuenta bancaria en la antigua Caixa Galicia «para que fuese ahorrando». Ese fue el destino de todo el dinero que le regalaron en los años siguientes y en 2009 ya tenía 8.000 euros. B.F.B. empezó a darle vueltas a cómo rentabilizarlos. Un día el abuelo del niño llegó a casa comentando que había metido todos sus ahorros en un nuevo producto que le ofrecía un interés del 7,5% y decidió seguir sus pasos. Sin saberlo, acababa de convertir a su hijo en uno de los 700.000 afectados por la comercialización de preferentes.

El 3 de agosto, el hijo de B.F.B., vecina de Monforte de Lemos, Lugo, también se convirtió, y de nuevo sin ser plenamente consciente de ella (tan sólo tiene nueve años), en uno de los primeros afectados en recuperar sus ahorros. Recibió un laudo favorable tras acudir al sistema de arbitraje ofrecido por el Instituto Gallego de Consumo.

Su madre, que prefiere utilizar iniciales para no ser plenamente identificada, meditó mucho si acudir al arbitraje o presentar una demanda por la vía judicial contra Novagalicia Banco. Se asesoró con los técnicos de Consumo y optó por intentar llegar a un acuerdo con la entidad bancaria con la intermediación de la Xunta de Galicia. Detrás de esta decisión hay varias razones. ¿La principal? «Era el dinero de mi hijo», no el suyo, y «por nada del mundo quería dejarlo sin él».

«Nos decidimos al arbitraje porque teníamos miedo a quedarnos sin nada», comenta, englobando en esa segunda persona del plural a su padre, de 74 años y con 42.000 euros en preferentes. Dos laudos favorables dictados el mismo día les devolvieron a ambos el dinero invertido.

La parte negativa es que sólo recibieron los beneficios por tener sus ahorros a un interés del 0,3% en lugar del 7,5% que le habían prometido en Caixa Galicia cuando compraron el producto hace tres años, pero B.F.B no se arrepiente de haber acudido al arbitraje: «Es lo más rápido y gratuito, por la vía legal ya tendría unos costes».

Ella y su padre fueron los dos primeros afectados de Monforte en ser llamados por Consumo, y de los primeros en Galicia. Tuvieron el arbitraje el viernes 3 de agosto y aunque les habían comunicado que tardarían unos 15 días en darles el laudo, el lunes 6 «ya nos llamaron y lo teníamos todo solucionado».

Un centenar de laudos

Indignada por haber sido víctima de un engaño por su sucursal de toda la vida, también reconoce que en esta última fase del proceso ha tenido una buena respuesta del NGB. «Yo, desde luego, lo valoro muy bien porque de en un principio no contar con nada a al final recuperar todo…» recomienda a los miles de afectados que aún tienen sus reservas en renunciar a la vía judicial para someterse a un arbitraje.

Hasta el momento, según los datos facilitados por la Xunta de Galicia y Novagalicia Banco, un centenar de personas ya han recibido laudos favorables. Además, más de 6.000 de los 43.000 afectados por preferentes y obligaciones subordinadas en Galicia ya han pedido a Consumo someterse al arbitraje y NGB estudia 5.400 expedientes.

Los ‘regalitos del bautizo’

El perfil de B.F.B. no es el más común entre los perjudicados por este producto financiero de alto riesgo: personas mayores sin apenas conocimientos en materia económica. Su padre se adapta más a la norma, pero la sensación de «engaño» e «impotencia» que sintió al enterarse de que lo que creía que era un depósito a cinco años era un producto a perpetuidad, es la misma que la de todos los afectados.

La circunstancia de que el titular del dinero fuese su hijo causa gran parte de esa impotencia. «Eran de mi hijo, de regalitos, de cuando hizo el bautizo, de regalos de Navidad, de Reyes, de cumpleaños, dinero que fue juntando y que fui metiendo en el banco. Como era dinero suyo que no iba a tocar lo metí en el depósito que me vencía en 2014», explica.

El resto de la indignación le llegó por sentirse estafada. Le dijeron que era «un depósito a cinco años». Mi intención era ponerlo en una cuenta a plazo fijo, pero me comentaron que era un plazo fijo y había que tenerlo a 5 años al interés del 7,5% y que a los cinco años regresarían el dinero y los intereses».

Un test de idoneidad sin firma

«Me dijeron que a los cinco años no iba a tener problema. Me dijeron eso nada más y me dieron a firmar», explica, sin ocultar cierta sensación de culpa por no haber leído la letra pequeña. Pero por qué lo iba a hacer si se lo explicó el director del banco en el que «llevaba años» operando.

«En general me siento engañada por la sucursal, nadie puso las cosas claras desde el primer momento, nadie explicó nada como era, ellos quisieron no explicarlo para enganchar a la gente», interpreta. Extiende la culpa a la dirección de la entidad bancaria: «Se aprovecharon de que nos fiábamos, de que nos lo pintaron todo muy bonito y fue una manera de enganchar gente y de enganchar dinero y que ellos pudiesen manejar nuestro dinero a su antojo».

En su caso, ese engaño no sólo radica en que no le explicaron las condiciones del producto financiero, sino de que llegaron a incluir en su expediente un test de idoneidad para evaluar si se adaptaba al perfil de un producto tan complejo. «Cuando reclamé, allí apareció un test que no estaba firmado y que no contesté porque a mi nunca me hicieron ese tipo de preguntas», asevera.

Con la seguridad de que ya tiene el dinero en la cuenta de su hijo no se plantea cambiar de entidad bancaria. Eso sí, ahora «me aseguro mejor de todo, leo, no me fío de lo que me digan y de lo bonito que me pintan todo. El dinero ahora miraré de ponerlo a plazo fijo, pero bien, en un plazo fijo de verdad».

Noticia de elmundo.es (leer aquí) – 27/8/2012