Se suele decir que el abuelo funda la empresa, los hijos la debilitan, y los nietos la liquidan pero, ¿hay que resignarse a ello?

«Es precisamente la idiosincrasia de la empresa familiar, sea esta grande o pequeña, o se trate de una familia extensa o reducida, lo que la hace idónea para acudir a mediación», explica el notario y mediador Fernando Rodríguez Prieto, patrono de la Fundación Signum.

Por Carlota Fominaya. Madrid.

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