La salida del Reino Unido de la Unión Europea ha cambiado significativamente la forma en que se resuelven los conflictos familiares entre personas de ambos lados del canal, afectando aspectos como el divorcio, la custodia de los hijos y la manutención. Antes del Brexit, todo era más sencillo gracias a un marco legal europeo que permitía que las decisiones judiciales se reconocieran automáticamente entre países. Sin embargo, desde enero de 2021, esto ha cambiado.
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